jueves, 4 de julio de 2013

Para saber, y para muchos, recordarles también.

         Retomando el objeto de la presente página, así como el propósito del tema en particular, es altamente necesario presentar en esta entrega el culto al Debido Proceso (mayúsculas por necesidad sintáctica). Y es que más que un instituto jurídico, es un Derecho Humano por excelencia destacado en muchas Constituciones del mundo y omitido por muchas legislaciones.
         Este comentario, es sobre todos los demás, un enunciado hacia algunos países latinoamericanos, en donde el proceso penal es un adorno, y porque no, una figura retórica muy arraigada y ajustada a simples costumbrismos, configurados a la práctica de un revestimiento de inmoralidad, corrupción y en muchos casos sujetos a la impericia de los funcionarios públicos.
         Cuando mencioné arriba sobre una figura retórica, me referí a países como Venezuela entre otros, en lo referente a un texto contentivo de procedimientos dignos de países muy avanzados, y con unas herramientas jurídicas capaces de ser ovacionadas por el mismo Marco Tulio Cicerón o  Pericles, en donde  lamentablemente la práctica jurídica es otra, práctica esta opacadas por la sombra de la ineptitud, instrumentos seudo-jurídicos paralelos al ordenamiento positivo de rigor, que traen como consecuencia, el perfecto desajuste en el valor ético, óntico y jurídico denominado La Libertad.
         Es ser menester pues, de vez en cuando, dejar bien asentada mi responsabilidad académica y pedagógica, en esta plataforma destinada entre otros objetivos, a plasmar en las nuevas generaciones de abogados, la necesidad obligatoria de retomar el verdadero Derecho basado en la lógica y la razón, desvistiendo así, el falso andamiaje y hasta seudo-procesal, de procedimientos impuestos por la politiquería y la conducta inculta dentro de un estado social de derecho.